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El cuerpo dice: estoy recuperando mi equilibrio.
La mente dice: estoy enfermo.
Tu enfermedad aguda es una ocasión única para tomar contacto con esta inteligencia biológica.
Admira de qué forma las toxinas se van removiendo de tu cuerpo. La energía se ha retirado de los músculos, y ha sido enviada hacia los órganos encargados de eliminar esas toxinas. Por eso te sientes cansado, y por eso tienes "síntomas". La mucosidad, la fiebre, las molestias articulares, el dolor de cabeza, la tos, todo eso es la respuesta natural del cuerpo a los venenos acumulados.
Descansa, reposa en tu ser más íntimo. Deja hacer al cuerpo, él sabe bien lo que hace. Escucha música suave, lee si puedes historias que te gusten, déjate invadir por el llanto y la tristeza. También la mente se limpia durante una enfermedad.
Duerme mucho, soñarás cosas nuevas y extrañas. Piensa en ellas, pero no te empeñes en interpretarlas.
Y sobre todo, no te culpes por tu enfermedad. Deja de lado las variopintas explicaciones que algunos libros dan sobre los síntomas. Te dirán, por ejemplo, que ese dolor de cuello significa que no has querido "tragar" con algún tema espinoso. Bueno, es posible que sí, y es posible que no. Esto es como si a alguien se le dice que ha tenido un problema con su madre.Vaya, ¿acaso hay alguien que no haya tenido un problema con su madre?
La enfermedad es un misterio mucho más grande de lo que esos autores puedan comprender. Ningún médico sabe la causa de casi nada, así que déjalo estar. Aparca tu intelecto y dedícate a sentir con todo tu corazón, con tus entrañas, las sensaciones nuevas que aparecen durante tu enfermedad.
Cuando hayas pasado un tiempo notando la acción de tu cuerpo, pregúntate, ¿acaso yo soy esto? ¿no funciona esto sin mi intervención? Deja estar aquello que no te incumbe. Cuando no interfieres con la sabiduría milenaria de la naturaleza, tu cuerpo se recupera mejor.
Permanece ahora atento a tus pensamientos y a tus emociones. ¿Verdad que puedes ser consciente de ellos? Entonces ¿quién eres tú: esos pensamientos, o ese testigo que es capaz de verlos? Siente cómo tu mente es otro mecanismo, en el que un pensamiento o una emoción le sigue a otro, y así continuamente. En realidad funciona de forma automática, sólo que tú crees que eres eso. ¿Puedes ahora abandonar eso? Déjalo estar, tampoco te incumbe.Cuando dejas estar los llamados problemas de la mente, notas cómo en ocasiones encuentras respuestas mucho más adecuadas.
Gunther Emde